Mandarinas congeladas rellenas
Ha llegado la hora de las mandarinas, las finas de Neretva. Este postre es apto para todos los tiempos y les encanta desde los más pequeños hasta los que todavía tienen algo de dientes. En dulzura.
Pasos de preparación
- Use un cuchillo afilado para separar la pulpa de mandarina de la cáscara, luego retire la pulpa con una cuchara y coloque las cáscaras de mandarina vacías ahuecadas a un lado.
- Cuela la pulpa de mandarina resultante (con una batidora o batidora) y recoge la papilla en un bol.
- Prepare almíbar frío, mezcle agua y azúcar y deje reposar la solución durante aproximadamente 1 hora para disolver completamente el azúcar.
- Luego vierte el almíbar sobre las mandarinas (la papilla resultante) y cuela todo una vez más.
- Verter el sorbete así obtenido en un recipiente especial apto para el congelador (si dispone de una heladera, mejor aún).
- Revuelve la mezcla aquí y allá en el congelador para que no se formen cristales, y cuando la mezcla esté medio congelada, rellénala con cáscaras de mandarina (vacías) que harán el papel de cuencos. Pon su tapa sobre cada uno y decóralo con hojas de menta.
- Puede disfrutar inmediatamente de este postre extraordinariamente fragante y jugoso o puede congelarlo.
Servicio
Extremadamente adecuado para invitados no anunciados, por lo que cuando lleguen a tomar un café y unas galletas, saque su milagro de mandarina y espere a que se descongele a la mitad, para sorprender a los invitados.