Almorzar con dios
¡Una sonrisa es la única línea torcida que puede corregir muchas cosas!
Pasos de preparación
- El niño quería encontrarse con Dios. Sabía que tenía que viajar un largo camino hasta donde vivía, por lo que empacó su equipaje con sus galletas y jugos de frutas favoritos y comenzó su aventura.
- Mientras caminaba unas calles más allá, se encontró con un anciano. Se sentó en el parque y alimentó tranquilamente a varias palomas. El niño se sentó cerca de él y abrió su equipaje. Estaba a punto de refrescarse con jugo cuando pensó que el anciano parecía hambriento y le ofreció una galleta. El anciano lo recibió agradecido y le sonrió al niño. Su sonrisa era tan amistosa que el chico quería volver a verlo, así que ahora le ofreció una botella de jugo de frutas.
- El anciano le sonrió de nuevo. El chico estaba fuera de sí. Se sentaron toda la tarde comiendo y riendo sin decir una sola palabra. Mientras tanto oscurecía, el chico, cansado, se levantó para irse, pero en cuanto dio unos pasos se volvió, corrió hacia el anciano y lo abrazó con fuerza. El anciano le dedicó la mayor sonrisa de su vida.
- Cuando el niño pronto abrió la puerta de su casa, la madre se sorprendió por la alegría en su rostro. Ella le preguntó: "¿Qué es lo que hiciste hoy que te emocionó tanto?" Él respondió: "Cené con Dios". Pero antes de que su madre pudiera responder, agregó: "¿Sabes qué? Dios tiene la sonrisa más hermosa que he visto".
- Mientras tanto, el anciano, también encantado, regresó a casa. Su hijo estaba asombrado por el reflejo de la paz en su rostro y le preguntó: "Papá, ¿qué hiciste hoy que te emocionó tanto?" Él respondió: "Comí galletas en el parque con Dios". Por si acaso, antes de que su hijo dijera lo mismo, agregó: "¡Sabes qué! Es mucho más joven de lo que pensaba".
- Con demasiada frecuencia subestimamos el poder del tacto, la sonrisa, las palabras amables, el oído que nos escucha, el elogio sincero o el más mínimo acto de atención, y todos tienen el poder de darnos vida. Las personas entran en nuestras vidas por una razón, una temporada o una vida. ¡Recíbelos a todos por igual! Que esto llegue al corazón de quienes han tocado la vida de alguien de una manera especial. Hágales saber lo importantes que son para nosotros. ¡Almuerce con Dios!
- ¡Y gracias por tocar mi vida!
Servicio
Autor desconocido-